El Rocher de Mónaco es el casco histórico del principado, situado sobre un promontorio rocoso que domina el mar Mediterráneo.
Sus calles estrechas y empedradas conservan un aire medieval que contrasta con el lujo moderno de la ciudad.
En lo alto del Rocher se encuentra el Palacio Principesco, residencia oficial de la familia Grimaldi desde el siglo XIII.
Este palacio combina estilos arquitectónicos que reflejan siglos de historia y transformaciones.
Desde sus terrazas se obtienen vistas panorámicas del puerto y de la Riviera francesa.
El cambio de guardia frente al palacio es una de las tradiciones más populares entre los visitantes.
Además, el Rocher alberga importantes edificios como la catedral Nuestra Señnora de la Inmaculada Concepción dedicada también a San Nicolás.
En conjunto, el Rocher y el palacio simbolizan la identidad histórica y política de Mónaco.